martes, 1 de marzo de 2011

"Yo soy como una casa"






Yo soy como una casa






Mi casa es hermética como la noche y abierta como la madrugada.


Tiene un desván que no necesita luz para ser visitado -aunque no cualquiera se atreve a acceder a él- porque es solitario como la ignorancia, sonoro como la gran herida del mundo, mullido como el grito de la soledad del mar...; los escalones que conducen a él son de un color verde esmeralda y están plagados de paciencia.


Sus habitaciones son campos, sembrados de nostalgia, que nadie recorre porque olvidé la llave principal en algún lugar y desde entonces permanecen aisladas viajando con el viento que entorna las ventanas.


Alguien, sólo alguien me provoca, alguien que hace parada en el corazón de la cocina, que eleva sus guisos a la humildad de la esperanza.


El salón es como la herencia de los siglos, la nevada espuma que discurre gozosa albergando el albor de la palabra, la consonancia, el entendimiento; es como la mirada de un niño que penetra mis ojos meciéndome el alma.


El jardín es como una cascada que expande sus aguas, que exhala su fragancia en cada poro de hierba.


La buhardilla es como un rebaño de unicornios, de soles que me estiman.


Mi casa es grande, es una gran casa; por eso mi casa está poblada por pájaros azules; es la morada donde los pasajeros alados –como yo- transmutan, renuevan sus plumas, y prosiguen el vuelo hacia otros países.


Mi casa fue empezada por el tejado, ahora apuntalo sus muros.


No obstante mi casa está ubicada dentro de otra casa.


¿Por qué me voy de mi casa cuando quiero quedarme?







(Autor: Laura Olalla. R. los D.)