sábado, 14 de mayo de 2011


A un Caballero


(30-04-2011)



Distinguida y real


como un sorbo de vino de crianza


reservo esta noche que emite


sonrisa con tu pródiga labor


de afecto y cercanía.


Quizás al repetirse


muera el instante


mas del alma el chequeo magnifica su savia.


De mi amistad no dudes,


refugio de mis otras sugestiones…


Pensamiento, ten calma.



(Laura Olalla)









sábado, 7 de mayo de 2011





Querido amigo :



Anoche, después de leer varias reflexiones y ser incapaz de articular palabra alguna, escrita, me fui a descansar del trasiego diurno para armonizar mi cuerpo y mi espíritu en el extenso letargo de la noche. Una dedicación sin medida me sostenía en un viaje hecho al olvido; esta era cálida como el tacto del sol en la cresta de una ola; intensa cual solera del mejor de los vinos. Acercaba a mí sus palabras suaves y tiernas, consolidadas, acentuando su recreo en el mío. Un autobús circulaba lleno de pasajeros y en los asientos de atrás, dos personas abrazadas a la intimidad del afecto, sonreían al mundo. Un flas, una instantánea en la ventana de mi cuarto aniquiló tan perfecto sueño; mas al despertar tomé la pluma y antes de desvanecerse anoté esto. Era una sensación de placidez tal que me hubiera quedado asida a tu pecho para siempre.


El porqué del sueño… no lo sé.


La travesía… breve y vivificante.


El despertar… todavía me sigue la sonoridad del recuerdo.


Momentos así no son pagados con ningún tipo de moneda.


La placidez de este encuentro recorrido en la inercia del alma es como un diseño repoblado de auroras que camina junto a la auténtica amistad reposada.


(Autora: Laura Olalla. D. R.)






Te necesito amigo



¿Fallido intento el de tu corazón?.


Tu divina presencia se hace verbo,


aurora de mi inquieta pubertad.


Es el perdón tranquilo de los nuestros


que se atreve a decir lo que pensamos.


-Qué belleza se plasma en tu mirada-.


Eres la dádiva del pan, del vino,


siempre poblado de experiencia, sí;


resucitas lugares que terminan.


Amistad es tu nombre legendario,


el que usas cuando el trigo es limpio, de oro.


Abres la palma de tu mano para


cubrir la contingencia de las mías


y el límite del sueño se embellece


y surgen manantiales cristalinos.


Es tu imagen extremo del anhelo,


un pincel que diseña la armonía.



¿Por qué tardas tantísimo, por qué?



(Autora :Laura Olalla. D. R.)















viernes, 6 de mayo de 2011









Y ahora qué



¿hiere decir lo que se piensa?



El ambiente selecto de la concavidad arbitral de la mente la llevaba a un caso curioso: la mendicidad de la amistad. Un sutil encuentro de promesas rotas en la veracidad del silencio asoma hostigando al presente. ¿No hay obligación de exponer, aclarar…, dilucidar los porqués de esa pretendida concurrencia que ultima su derivación a proposiciones distintas de las recepcionadas en la intimidad del asueto?. Arduo sigilo el que el sentimiento cuelga en la escarpia del corazón.



El reencuentro con el olvido es sinónimo de inflexión como inflexiva es la ruta que sigue al retrueque del camino que madura en una inflexión redomada. Ansiedad que nos danza despertando el secreto que crece en el insomnio – solapada mordaza que se presta a la noche-.



Una verja se rompe y secciona un detalle: -voy a romper todos los cánones-, se dijo Mónica, atisbando, por casualidad, en un saco de ropa sucia; saco en el que se echa todo lo concerniente a las dudas. Hasta entonces había hablado con su amigo en dos ocasiones y el estrés que le producía la incertidumbre la descalificaba para llevar una vida grata en su entorno social. Con la soledad venida a menos, consultaba los días del mes de marzo preguntándose cuándo recibiría el gran obsequio primaveral, el que cubriría por el momento, su minado poder adquisitivo y pondría ese punto justo de equilibrio, también en lo personal.



Recordó las palabras que leyera días atrás en el libro de Stieg Larsson “Los hombres que no amaban a las mujeres”: -el cometido del periodismo económico era vigilar de cerca y desenmascarar a los tiburones financieros que provocaban crisis de intereses y que especulaban con los pequeños ahorros de la gente-, y un énfasis de tristeza la instó a explayarse en una especie de decálogo mental de contencioso desánimo:



No te atrevas a destronar mis versos.



No asfixies mis palabras en la demarcación de tus labios ni construyas tu templo en linde ajena.



Si la hoguera del deseo intensificas, pronto, gestiónate.



El amor que en abstracto se derrama no es otra cosa que ilusión pasajera que reta a la razón que esgrime la mudanza.



El destierro del alma en la exclusión de la vida no verá la primavera que promete el invierno, se secará desierto de poder.



Al instante extrajo la nota del saco; el sorteo ya se había hecho público; en ella se podía leer:



Didáctica para animales



-Hiere el silencio, hiere el aire…, dame un respiro para albergar el ser.



-Ah, si pudiera extraer del lirio la tinta para redimir la piel de tanta soledad…





(Autora: Laura Olalla )